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Caballos de equitación de trabajo y sus singularidades

Aunque cualquier raza de caballo puede ser usada en la equitación de trabajo, las más empleadas para estas competiciones son las conocidas como Pura Raza española y Lusitana. Estas razas poseen una historia que data de hace varios siglos, y se cuentan con registros de su existencia en la península Ibérica desde el periodo prerromano. No fue hasta mediados del siglo XVI, cuando el rey Felipe II ordenó la creación de caballerizas reales, con la finalidad de agrupar los mejores sementales y yeguas del Guadalquivir para obtener el caballo Pura Raza español.

Conocido también como caballo andaluz, este animal ha visto acrecentada su popularidad por su belleza y por ser a la vez enérgico, noble y dócil. Las características de esta raza son inconfundibles. Su cabeza es de longitud media, de orejas medianas, paralelas y muy móviles. Su cuello es de tamaño y longitud medios, ligeramente arqueado y musculado, y exhibe una crin abundante y sedosa. La grupa de este animal es mediana, redondeada y en declive. Los miembros anteriores y posteriores del caballo de equitación de trabajo son musculados, fuertes, armónicos y de buena proporción.

Aunado a estas características, el temperamento de estos ejemplares es equilibrado, enérgico, noble y dócil. Este animal responde fácilmente a las ayudas del jinete, y es obediente y con una gran actitud para el aprendizaje. Por todas estas razones, el caballo de equitación de trabajo es un ejemplar que conjuga el equilibrio mental, la inteligencia, la armonía de formas y la voluntad para el trabajo.

Caballos de equitación de trabajo en equitación

No son sencillas las actividades a las que se tiene que enfrentar un caballo de equitación de trabajo. Esta disciplina consiste en la ejecución de varias actividades, todas relacionadas con el manejo de ganado. Entre ellas, se encuentran la doma o adiestramiento, y la prueba consiste en demostrar las habilidades atléticas del caballo y obediencia en un lapso de 7 minutos.

Luego el animal participa en la prueba de manejo, en la cual debe sortear diversos obstáculos y demostrar calma, precisión, estilo y regularidad. Es una suerte de yincana, en la cual no importa tanto el tiempo sino el estilo de ejecución.

La tercera prueba a la cual se somete el caballo en la equitación de trabajo es la llamada prueba de velocidad. En ella sí se juzga la rapidez que registre el caballo en superar los mismos obstáculos de la prueba anterior, sin importar mucho el estilo y la elegancia. La última prueba es la de apartar a la vaca. Se realiza en una pista de 80 x 30 metros, como mínimo, y allí el caballo debe apartar una vaca de su rebaño y conducirla al otro extremo de la pista. Para esta prueba, el jinete cuenta con 4 minutos para completar su trabajo.

Los caballos de equitación de trabajo representan la antigua tradición de la labor en fincas abiertas, cuando la confianza del jinete hacia su caballo representaba el éxito o fracaso en el manejo del ganado. En ehorses es posible encontrar los mejores ejemplares de caballos para equitación de trabajo, los más inteligentes y fuertes a los precios más convenientes.