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Los caballos de capa torda, también conocidos como caballos tordos, representan un fenómeno fascinante en el mundo ecuestre y llaman la atención por su atractivo estético y su elegancia. El color de la capa de los caballos se debe a la falta de pigmento en el pelaje y está determinado genéticamente. Otra característica es que caballos tordos pueden tener los ojos azules o claros, lo que hace aún más singular su expresión.
Otro aspecto interesante de los caballos tordos es su sensibilidad a los rayos del sol. Al carecer del pigmento melanina, son más susceptibles a las quemaduras solares y a las enfermedades de la piel. Por eso, mantener a estos caballos requiere una atención especial, como proporcionarles sombra suficiente y aplicarles protección solar.
Los caballos tordos suelen ser lippizanos o andaluces.
Uno de los caballos grises más conocidos es sin duda "Napolitano", un semental lipizzano que se hizo mundialmente famoso gracias a sus actuaciones en la Escuela Española de Equitación de Viena. Esta noble raza, originaria de la monarquía de los Habsburgo, impresiona por su característico color de capa blanco puro y sus gráciles movimientos. Otro ejemplo destacado es el famoso saltador de obstáculos "Fibonacci", un caballo castrado blanco de sangre caliente. Bajo la monta de Meredith Michaels-Beerbaum, Fibonacci celebró numerosas victorias en torneos internacionales.
El simbolismo cultural de los caballos blancos es diverso y abarca desde las tradiciones mitológicas hasta las representaciones modernas en el arte y la literatura. En muchas culturas, se asocian con la pureza, la belleza y el significado espiritual. En la cría caballar, los caballos grises suelen ser animales de cría muy codiciados por su rareza y estética.
