Sementales - Menorquín

Origen e historia de la cría de Menorquín

Este caballo es originario de la isla balear de Menorca, en España, y de ahí proviene su nombre. Su genealogía es muy antigua y su existencia se rastrea a lo largo de los siglos, en filiación directa con los caballos meridionales de la península Ibérica. Está emparentado con el caballo Mallorquín y el caballo Catalán, este último ya extinto. Aunque ya han dejado de emplearse para labores del campo, estos equinos mantienen viva su presencia gracias a su empleo en las Fiestas de Sant Joan, en las que tiene una destacada participación en los desfiles. Se han contabilizado más de tres mil ejemplares en existencia, y la cifra cada vez va en aumento, con 250 nacimientos al año.

Uso del Menorquín

Es un caballo fuerte, sobrio, resistente y muy confiable. Estas cualidades de su temperamento lo convierten en un animal muy apto para la silla y el enganche. La vistosidad de su crin y el color negro de su pelaje, además de su musculatura, no pasan inadvertidos en los paseos y desfiles para los cuales se emplean. Es perfecto cuando se trata de paseos. No se incomoda con la monta, y los jinetes sienten mucha seguridad y confianza cuando se desplazan sobre él. Como su empleo está restringido al paseo y el desfile, y por ende la venta o la compra de este ejemplar está limitada, los criadores de esta raza de caballos les otorgan otros usos, como la práctica de la doma menorquina, que se ha convertido ya en una tradición en la isla. Este equino conjuga fuerza y docilidad, elegancia y libertad.

Características físicas del caballo Menorquín

Este animal posee unas dimensiones que van, en el caso de las yeguas, de los 1,53 a los 1,57 metros. Los machos alcanzan una alzada de entre los 1,62 y los 1,65 metros. Exhibe tendones fuertes y cascos sólidos. Llegan a alcanzar un peso promedio de media tonelada y presentan una agilidad y fortaleza que lo hacen perfecto para el paseo y el campo. Asimismo, es un animal de esbelta figura.

Por lo demás, las extremidades de estos caballos correctos y aplomos son finas. Los ejemplares machos son menos estilizados que las yeguas. Sus ojos son negros y de mirada viva. El cuello es de longitud media y moderadamente musculado, con crin abundante y pelo fuerte. El tronco es alargado y sus costillas están ligeramente arqueadas. Además, su cruz es alta y larga, sus cañas son largas y sus cascos pigmentados, sólidos y proporcionados de tamaño. La rodilla es enjuta, amplia y alta, la pierna larga y sus muslos y nalgas están ligeramente musculados.

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