La compra y venta de caballos Indio-Americanos está íntimamente ligada a la historia de los Estados Unidos. Tanto es así que sus inicios se remontan al siglo XVI, al menos de manera oficial. En principio, era una mezcla entre el caballo Andaluz, el Árabe y el Barb o "Bereber".
En la actualidad, el caballo Indio-Americano es conocido como uno de los ancestros de otros equinos estadounidenses. Ejemplos de ello son el Saddlebred Americano, el Tennessee Walker, el Morgan y el Cuarto de Milla. No obstante, también se relaciona con otras razas, como el Appaloosa.
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El caballo Indio-Americano es una raza relativamente nueva. Pese a su aparición temprana en la historia, se registró oficialmente en 1961. La creación del American Indian Horse Registry (AIHR) respondió la necesidad de conservar las características de estos ejemplares.
Y es que el Mustang se alejaba cada vez más de la conformación de su predecesor. En resumen, perdía su conexión con el aspecto y carácter del caballo Indio-Americano.
A diferencia de los Cuarto de Milla y los Appaloosa, el aspecto y medidas del caballo Indio-Americano es bastante flexible. Por ejemplo, quienes se dedican a la cría y venta no buscan rasgos específicos, una forma de cabeza predeterminada o una capa particular.
Otro factor que los diferencia es el pelaje. Quienes buscan comprar caballos Indio-Americanos saben que, por lo general, son animales peludos con una melena para nada sedosa. Si el dueño decide mantener su apariencia original, sobresaldrá por su largo mechón de pelo despeinado.
El American Indian Horse Registry admite cinco categorías de registro para un caballo Indio-Americano. Esta clasificación dependerá de la línea de sangre y de las características que demuestre:
Como dato curioso, los criadores no tienen preferencias en cuanto al color de ojos de estos ejemplares. En ehorses hay caballos Indio-Americanos con ojos grises, marrones y azules. Todas las tonalidades están permitidas.