Francés de silla: Todo lo que necesitas saber sobre esta raza equina

Orígenes e historia de la raza Francés de silla

El origen de la raza se encuentra en el refinamiento de los pesados caballos normandos de trabajo mediante cruces con caballos de pura sangre ingleses y medio sangre ingleses. Durante la posguerra también se introdujo sangre de trotadores y árabes. El objetivo era criar un caballo más ligero y deportivo. Se considera al semental de pura sangre inglés “Young Rattler”, del siglo XIX, como el fundador de la raza que marcó significativamente la cría del Francés de silla.

En 1950 se inauguró el libro genealógico de la raza, en el que se incluyeron todos los Francés de silla, trotadores franceses, pura sangre ingleses, angloárabes y cruces entre estas razas que pudieran rastrear su linaje hacia “Young Rattler”.

El resultado fue una raza talentosa en todas las disciplinas ecuestres. Sin embargo, los mayores éxitos de esta raza se han logrado en la equitación de salto y en el deporte ecuestre completo. Un ejemplo notable es Jappeloup, un caballo de salto famoso que era un Francés de silla.

Descripción del aspecto (exterior) del Francés de silla

Se suelen distinguir dos tipos principales, el tipo más ligero de caballo de silla y el tipo más pesado de caballo de trabajo o carga. Actualmente, el enfoque principal de la cría se centra en el tipo de caballo de silla.

El Francés de silla es un caballo de sangre caliente con un aspecto muy noble y musculoso, que refleja claramente su elevado porcentaje de sangre. Su cabeza es de tamaño medio, seca y con un perfil recto o ligeramente convexo. Tiene un cuello largo, bien formado y muy fuerte. Su torso medio-largo se complementa con una grupa poco inclinada y bien musculada. Sus extremidades son generalmente largas, fuertes y con articulaciones firmes y secas.

Descripción del carácter (temperamento) del Francés de silla

El Francés de silla es conocido por ser obediente, trabajador y con mucha voluntad de aprender. Debido a su alto porcentaje de sangre, estos caballos poseen mucho temperamento, lo cual es una gran ventaja para las competiciones deportivas, ya que esta característica facilita alcanzar el máximo rendimiento. Son famosos por su capacidad para pensar estratégicamente, colaborar con el jinete y darlo todo en cualquier situación.

A pesar de su espíritu deportivo, el Francés de silla es una raza equilibrada y fácil de manejar. Esto simplifica el trato diario y lo hace atractivo no solo en el mundo del deporte de élite, sino también en el ámbito recreativo. Los ejemplares más pesados, del tipo de trabajo, suelen ser aún más tranquilos y apacibles.

Usos principales

El Francés de silla es reconocido como un verdadero caballo polivalente, capaz de destacar tanto en el deporte de alto nivel como en el ámbito recreativo. Es común verlos competir en carreras de resistencia, concursos de doma clásica y competencias de conducción de carruajes. Sin embargo, el mayor enfoque en la cría está en el salto ecuestre. La selección nacional francesa en esta disciplina suele estar compuesta en gran medida por caballos Francés de silla.

Gracias a su carácter amable y facilidad para manejar, son una opción ideal también para jinetes recreativos.

Enfermedades típicas de la raza

El Francés de silla es considerado una raza de caballos muy robusta y fácil de cuidar. No se conocen enfermedades específicas o típicas de la raza.

Ejemplares destacados de la raza

Algunos caballos Francés de silla han logrado gran éxito en las competencias de salto y también en la cría. El semental Cor de la Byère, conocido como el “semental del siglo”, es considerado uno de los progenitores más influyentes en la cría de caballos de sangre caliente moderna, y ha dejado un legado de numerosos descendientes exitosos.

Otro ejemplo famoso es Jappeloup de Luze, caballo que junto a su jinete Pierre Durand ganó la medalla de oro individual en los Juegos Olímpicos de 1988. Años después, en 1996, Rochet M, otro Francés de silla, bajo la monta de Alexandra Ledermann, logró la misma hazaña. En disciplinas de deporte ecuestre completo, un caso reciente es la yegua Amande de B’Neville, que con su jinete Julia Krajewski ganó la medalla de oro individual en los Juegos Olímpicos de 2020.

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