Hoy en día, muchos propietarios mantienen mayoritariamente a sus equinos al aire libre. Sin embargo, es importante contar con un establo para ampararlos ante las condiciones climáticas desfavorables. Si, por ejemplo, hace mucho viento o llueve a raudales, los establos serán ideales para guarecer a los animales.
Se debe partir siempre de un prototipo básico, algo así como un esquema de pautas a seguir. Estas pautas tienen que responder a la satisfacción plena del bienestar animal. El área total, el material del establo, la estructura interna de cada cuadra o el lugar donde se sitúe, son imprescindibles para determinar su plena funcionalidad.
La importancia de tener un establo radica en ofrecer un sitio en el que los caballos se sientan seguros y puedan descansar. Aun así, a veces, puede ocurrir que el establo afecte perjudicialmente al animal, especialmente cuando no se combina con zonas de pasto.
Una buena estructura de establo afectará positivamente en el ánimo del equino
Los caballos, por muy domésticados que lleguen a estar, nunca dejarán de ser animales de manada. Esto motiva que, a la hora de confeccionar un lugar donde puedan descansar, también se tenga en cuenta este factor. Primero de todo, hay que ofrecer al corcel un espacio amplio por el que pueda moverse sin problemas. Luego, será necesario establecer una estructura interna que permita la interacción con otros ejemplares.
Lo mejor es habilitar zonas visibles o ventanales que dejen ver entre cuadras, así el animal podrá disfrutar de la compañía de sus iguales. En el caso de ejemplares agresivos o poco sociables, se puede ajustar una zona especial para ellos, que, si bien no reduzca la visión, si eviten las confrontaciones.
Por otro lado, se ha de usar un material compatible con la estancia de estos animales en su interior. Materiales que soporten las duras condiciones climáticas del entorno y que, además, prevean los cambios climáticos. Entre todos los componentes usados habitualmente, la madera y la malla son los más frecuentes. Combinar estas puede resultar en un espacio seguro para el caballo, al igual que sólido.
Por último, se debe revisar exhaustivamente el sitio donde se vaya a construir el establo. Muchos países cuentan con fenómenos atmosféricos muy especiales como terremotos o tornados, por lo que conviene asegurarse de que la zona es estable y segura. Asimismo, se debe verificar la calidad del suelo y con ello, evitar disgustos a futuro.
En las épocas de verano será ineludible que estos animales pastoreen en amplios terrenos de pasto. Si el suelo es desértico o no apto para la crecida de hierbas, los equinos no podrán disfrutar del aire libre y la comida natural.
Limpieza, ventilación y luz, cuestiones primordiales para satisfacer las necesidades de estos ejemplares
Para evitar la visita constante al veterinario, hay que asegurar ciertos aspectos básicos. Al igual que los humanos u otros animales de granja o domésticos, la limpieza es algo crucial para un desarrollo óptimo. Vivir en condiciones precarias y poco higiénicas solo acarreará problemas.
Muchas enfermedades de caballos son producidas por un mal estado de la cuadra. El tiempo hace que, entre la orina y las heces del animal, comiencen a reproducirse bacterias y otros parásitos. Estos pueden afectar al animal de muchas maneras.
Por un lado, pueden producir fiebres y vómitos si se impregnan en zonas ocultas del animal, lo cual se daría en el caso de las garrapatas. Además, si el ejemplar estuviera herido, las bacterias y gérmenes podrían infectar la herida y agravar el padecimiento. Por todo ello, una cuadra limpia es signo de buena salud y protección del animal.
Ventilación y focos de luz natural
Igualmente, de nada sirve mantener el establo limpio si no se perfeccionan buenos sistemas de ventilación que neutralicen los malos olores. De hecho, en ehorses sabemos que la ventilación es muy importante para el mantenimiento pleno del caballo, ya que sus vías respiratorias tienen fama de ser muy sensibles.
Sustancias nocivas para el animal, como el polvo o el amoniaco generado por un mal abono, pueden irritar los orificios del caballo y provocar graves secuelas. Asimismo, en verano, por el poco aire que puede correr resulta esencial ofrecer ventilaciones bien configuradas. Por otra parte, las corrientes de aire invernales pueden provocar afecciones en el corcel. Por ello, es recomendable adaptar bien la cuadra para ventilar, únicamente, lo suficiente.
Para implementar estos cambios en un prototipo de establo, lo mejor es pensar en cumplir con dos pautas generales de la cuadra. Se debe asegurar la ventilación, así como las entradas de luz natural. Establecer los conductos en las proximidades de los focos de luz es una buena forma de ahorrar espacio y facilitar la tarea.
Además, para ahondar aún más en esta tarea, es posible colocar ventanales en el techo que faciliten el paso de los rayos de sol al interior. De este modo se evitan estancias oscuras en épocas del año donde hay poca luz natural.
¿Dónde colocar los comederos del animal?
Normalmente, los dueños de caballos se encuentran en una tesitura de total desinformación sobre este aspecto. No saben si es recomendable poner la comida en el suelo o en un lugar más alzado sobre el mismo.
Ahora bien, ¿cuál es el lugar más aconsejable? Básicamente, en el suelo. Esta cuestión es muy parecida a la de su hábitat original. Siempre hay que buscar acercar al equino a su procedencia salvaje, aportándole todas sus condiciones naturales. En la naturaleza, los corceles tienen que pastar del suelo, por lo que su cuerpo se ha tenido que adaptar con el tiempo.
Replicar la acción de pastar, colocando la comida en el suelo, ayuda a que el animal se relaje y aproveche su posición. De esta manera, la forma óptima para comer se lleva a cabo. No se harán necesarios esfuerzos inútiles o movimientos que no procedan. Por todo ello, se recomienda usar el suelo como comedero y no establecer zonas especiales.